Cada producto y decisión responde a una pregunta simple pero poderosa: ¿Cómo podemos hacer la vida más sencilla, cómoda y digna para quienes enfrentan desafíos particulares?

Lúmina nació de la experiencia de nuestra CEO Lucía Buitrago como psicóloga, al darse cuenta de que muchas de las dificultades que enfrentaban las personas no solo eran emocionales, sino también prácticas. Barreras cotidianas, aunque a menudo invisibles para otros, que afectaban su calidad de vida.

Con su sensibilidad hacia la diversidad y el deseo de ofrecer soluciones reales, imaginó un espacio donde estas barreras pudieran ser abordadas, facilitando la vida diaria de manera accesible y empática. Así nació Lúmina, con el objetivo de hacer una diferencia tangible en la vida de las personas.

Lúmina se basa en la idea de que los pequeños detalles pueden hacer grandes diferencias.

No es una tienda tradicional, sino una respuesta a una necesidad real. El nombre, que significa "luz que ilumina", refleja el propósito de la marca: iluminar áreas invisibles pero clave para el bienestar diario. Las flores de su logo simbolizan el florecer de las personas que enfrentan dificultades.

Desde su fundación hace dos años, Lúmina ha sido un proyecto profundamente personal, una forma de transformar una visión en algo concreto. Nos gusta decir que Lúmina "es la luz donde la inclusión germina".

Lúmina ha crecido con el compromiso de ser un espacio donde la inclusión sea parte de cada acción. Desde su inicio, hemos trabajado para crear un ambiente donde las soluciones no solo sean funcionales, sino también cuidadosas y empáticas. Cada producto tiene en cuenta la diversidad de necesidades, buscando siempre ofrecer algo que marque una diferencia positiva en la vida de las personas. Así, Lúmina continúa siendo una reflexión constante sobre cómo mejorar la cotidianidad a través de pequeños gestos que, sumados, tienen un gran impacto.